Pitu de Caleya asturiano

Uno de los guisos de pollo más deliciosos que he probado yo nunca es este pollo de corral guisado que prepara la madre de un amigo mío, y que me prepara cada vez que voy a visitarles. El pollo queda estupendo, tierno y con un sabor delicioso como la salsa en la que se ha guisado.

En primer lugar se limpia el pollo y se corta en trozos regulares. El muslo, el ala, las pechugas y los contra muslos en dos o tres trozos dependiendo del tamaño.
Con el pollo preparado se machacan dos dientes de ajo en el mortero y se sazona con ello y un poco de sal y pimienta el pollo y se deja reposar durante media hora, para a continuación enharinarlo y ponerlo a sofreír un poco en una sartén con aceite de oliva caliente hasta que queden todos los trozos dorados. A medida que se van dorando se trasladan a una cacerola.
Hecho esto ahora se pican las cebollas en brounoise y se rehogan en el mismo aceite en el que se ha hecho el pollo, y en cuanto se ponga transparente se le añaden las almendras machacadas y el pan duro picado rehogándose todo junto durante unos minutos, añadiéndole el caldo de ave una vez que la cebolla este bien pochada. Se deja cocer en conjunto 20 minutos, tras los cuales se tritura la salsa y se pasa por un chino y se le añade a la cacerola donde está el pollo que habíamos rehogado.
Se pone el pollo junto con la salsa a cocer lentamente junto con las cebollas picadas en trozos y los champiñones laminados.
Tapamos la cazuela y se deja cocer todo junto lentamente hasta que este tierno el pollo y a fuego bajo.
Para mover el pollo hay que menear la cacerola y evitar moverlo con utensilios de cocina ya que se pueden romper los trozos. Se comprueba de sal.
Este pollo de corral guisado es una delicia, y como único acompañamiento os recomiendo un buen trozo de pan, ya que está tan buena la salsa que no podrás dejar de untar en ella.