Pechuga de pollo con jamón y queso

La pechuga de pollo con jamón y queso es un plato estupendo, y muy fácil de hacer. Lo aprendí en casa de una tía mía, que se la daba muy bien la cocina, y desde entonces es una receta que suelo hacer bastante a menudo, ya sea para nosotros o para cuando viene alguien a casa.

Se pica la cebolla y los dientes de ajo y se ponen a pochar en una cazuela con aceite. Se añade el vino, se rehoga brevemente y se vierte el caldo.
Se sazona, se espolvorea con perejil picado y el tomillo y se deja cocer durante 6-8 minutos.
Mientras se limpia las pechugas y se parte en dos mitades, extiéndelas sobre una superficie plana y se salpimentar.
Se rellena cada pechuga con una rodajas de jamón y un par de lonchas de queso. A continuación se envuelven y se atan con una cuerda especial de cocinar.
Se colocan sobre la placa de rejilla del horno y debajo se tiene que poner la bandeja plana para que en ella se vaya acumulando el líquido que sueltan. Se bañan las pechugas con un poco de la salsa.
Se ponen a cocinar en el horno a una temperatura de 200ºC durante unos 10 minutos. Pasado ese tiempo se abre el horno, y se vuelve a regar con la salsa.
Se deja durante otros 10 minutos, se saca y le da la vuelta para el lado contrario, se vuelve a regar con la salsa hay que dejarlo cocinándose otros 10 minutos.
Cuando haya pasado ese tiempo la pechuga de pollo con jamón y queso ya deberían de estar lista, por lo que se sacan del horno y se les quita la cuerda para ponerlo en los platos en los que lo vayamos a servir.

Este plato se puede servir con patatas fritas, con ensalada, con champiñones, al gusto de cada uno.