Las exuberantes hortalizas de verano, por suerte, ya nos acompañan todo el año. Lo mismo ocurre con la albahaca, una de las hierbas estivales más aromáticas y delicadas que muere con los primeros vientos fríos. La pasta con calabacín y berenjena es un plato que puede provocar nostalgia de vacaciones y mar y sol, pero también nos puede ayudar a sobrellevar los meses de frío recordándonos que la primavera, aunque no lo parezca, estará en poco tiempo a la vuelta de la esquina.
Paso 1:
Pela la cebolla, pártela por la mitad para tener una superficie lisa sobre la que apoyarla y córtala en una juliana fina, esto es, en tiritas.
Paso 2:
Sin pelar el calabacín, pártelo por la mitad a lo largo y corta esos dos trozos por la mitad a su vez. Coge uno de esos cuartos y retírale con un cuchillo toda la zona de las semillas que puedas; no pasa nada si quedan algunas, pero es un área del calabacín que acumula mucha agua y esto a veces provoca exceso de líquido en guisos y salteados. Una vez que hayas terminado de preparar todas las piezas, córtalas en dados no demasiado pequeños, piel incluida.
Paso 3:
La piel de la berenjena es recia pero también interesante desde un punto de vista nutricional. Prueba a retirar sólo una parte con el pelador o con el cuchillo, alternando tiras con piel y tiras peladas, como si fuera el pelaje de una cebra. Córtala en dados del mismo tamaño que los de calabacín. Aunque no afecta a su sabor, si quieres evitar que se oxide sumérgela inmediatamente en una mezcla de leche, agua y sal. Cuando quieras usarla deberás enjuagarla y escurrirla muy bien.
Paso 4:
Pon a ebullición agua con sal en una olla y cuece la pasta. Sigue las instrucciones del envase para asegurarte de que queda al dente pero bien hecha. Cuando esté lista, pásala por agua fría para cortar la cocción, escúrrela y resérvala.
Paso 5:
Calienta un chorro de aceite en una sartén de paredes altas y saltea, por este orden, la cebolla, la berenjena y el calabacín. Asegúrate de que quedan lo suficientemente tiernas. Añade las cucharadas de salsa de tomate y cuece durante cinco minutos más. Añade la pasta, salpimenta, remuévelo durante un minuto y retíralo del fuego. Agrégale unas cuantas hojas de albahaca al gusto.
Presentación:
La pasta con calabacín y berenjena luce estupendamente acompañada de hojas frescas de albahaca. Sírvela en un plato hondo, corónala con unas cuantas y da el toque final con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Sugerencia:
La sal, la pimienta, el aceite de oliva virgen extra y en general los aderezos DIA jamás roban el protagonismo a un plato pero lo acompañan magistralmente. Cuando hagas esta pasta con calabacín y berenjena no dudes en emplear el aceite de oliva virgen extra de la nueva línea DELICIOUS de DIA. Es una calidad extraordinaria.
Alternativas:
Prueba a hacer la pasta con calabacín y berenjena utilizando cualquier tipo de pasta larga. Y, por supuesto, un poco de queso rallado por encima es siempre un extra muy bienvenido.
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