Seguro que ya has descubierto lo rico y variado que resulta un desayuno o una merienda con panes de leche… esos bollitos que están deliciosos solos, con mantequilla y mermelada, o con elementos salados tales como embutidos. Ahora, toca descubrir lo sencillo y divertido que resulta hacer estos nutritivos panecillos en casa.
Paso 1:
Para elaborar el fermento previo, mezcla la harina con la leche a temperatura ambiente y la levadura en un bol para preparar una masa que después añadiremos al pan. Muévelo para disolver la levadura un poco. Deja en reposo la mezcla en un sitio que este calentito hasta que la preparación quede bien esponjosa.
Paso 2:
Para elaborar la masa de los panecillos de leche, pon la harina en un bol en forma de volcán y echa la masa que habías preparado en el centro, junto con los huevos, la mantequilla blanda, el azúcar, la miel, la esencia de vainilla y, por último, la ralladura de limón.
Paso 3:
Con tus manos, amasa los ingredientes hasta lograr una masa lisa y homogénea. Cuando adquiera esta consistencia, después de haber trabajado bien con ella, déjala descanasar tapada con un plástico film en un ambiente cálido hasta que doble su tamaño.
Paso 4:
Cuando haya doblado su volumen, dale la forma deseada, lo normal es partir pequeñas porciones, y ponerlas en la bandeja del horno que habrás forrado previamente con un papel vegetal o papel especial para horno.
Paso 5:
Déjala descansar de nuevo hasta que su tamaño sea el doble. Entonces, pinta con huevo la superficie de tus panecillos y cocínalos en el horno precalentado a 200° durante 20 minutos. Pasado ese tiempo, saca tus panes del horno y píntalos con un almibar de agua y azúcar.
Paso 6:
Para hacer el almíbar calienta agua y azúcar en un cazo a partes iguales, es decir, la misma cantidad de azúcar que de agua y cocínalo hasta que el azúcar se haya disuelto. ¡¡Verás que rico!!