Gazpacho de mango

El gazpacho no es solo de tomate… aprovecha esta moderna y sencilla receta para refrescarte con una fruta muy saludable como el mango. También puedes probar otras recetas similares como el gazpacho de melón o el salmorejo de cerezas… una fruta siempre es la mejor forma de endulzarte el día. Esta receta de gazpacho de mango puede ser un complemento ideal en los días calurosos de verano. 

Paso 1: 

Pela el magno y pártelo por la mitad, desechando el hueso. Procura sacar toda la carne que puedas. Sobre una tabla, corta el mango en cubos. 

Paso 2:

En un bol, echa el mango cortado y añade el vinagre de arroz, unas hojas de menta y un poco de sal. Retira la corteza del pan de molde e incorpóralo a tu mezcla. Por último, corta el jengibre fresco, en trocitos pequeños y suma a tu marinado. 

Paso 3:

Tapa el bol con papel film y deja que repose en la nevera al menos durante dos horas (con ello conseguiremos que se impregnen bien los aromas y que sea mucho más sabroso). Cuando esté listo ayúdate de un robot de cocina o de una túrmix para triturar. Si quieres que el gazpacho te quede muy liso, puedes pasarlo por un colador. Juega también con la textura: tritura más o menos, a tu elección, y si te queda muy espeso puedes añadir agua fría o hielo. 

Paso 4: 

Prueba un poquito con una cuchara, como todo buen chef, y corrige el punto de sal y vinagre. Finalmente añade un chorrito de aceite de oliva. 

Presentación:

Guarda en el frigorífico tu gazpacho de mango hasta el momento de servir. Este gazpacho es ideal para tomar como aperitivo refrescante. Te recomendamos presentarlo en vasos de cristal o copas con una hojita de menta fresca encima.

Sugerencia: 

Todo buen cocinillas que se precie debería mirar mucho por la calidad del aceite. Por eso, porque sabes que te gusta la cocina, queremos que pruebes el aceite de oliva virgen extra marca DIA, que llega de los mejores proveedores de España y está elaborado con el máximo cuidado de la materia prima. 

A veces elegir la fruta puede ser toda una lotería. Aunque existen trucos. En el caso del mango, debe ser flexible, pero sin chafarse demasiado al presionar con el dedo. No debes comprarlos demasiado verdes. Y si quieres que madure, lo mejor es dejarlo a temperatura ambiente hasta alcanzar el punto óptimo. 

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