Sólo un ratito de horno… y ya podemos disfrutar de este riquísimo flan de vainilla con azúcar caramelizada. En esta receta trabajaremos con el caramelo, ingrediente que merece nuestro respeto y cuidado pero que siempre divierte. Ponle una corona dorada a tu flan y disfruta de su cremoso sabor.
Paso 1:
Para preparar el flan, vierte la leche en un cazo y ponlo a fuego suave. Abre una vaina de vainilla y echa las semillas y la propia vaina en la leche. Aguarda hasta que alcance el punto de ebullición y retira el cazo del fuego. Tápalo y deja reposar la leche de quince a veinte minutos para que infusione. Cuando transcurra este tiempo, cuélala para retirar todos los residuos sólidos y resérvala.
Paso 2:
En un recipiente, bate con unas varillas los huevos y las yemas hasta que quede una mezcla uniforme y ligeramente espumosa. Añade el azúcar blanco y remueve de nuevo hasta integrarlo. Vierte entonces cuidadosamente la leche y la nata sin dejar de remover hasta que la mezcla resulte cremosa y homogénea.
Paso 3:
Precalienta el horno a 160ºC y pon un cazo con agua a hervir. Prepara una fuente resistente al horno de fondo amplio y paredes altas y colócala sobre la bandeja del horno. Reparte equitativamente la mezcla del flan en los moldes con el caramelo y distribúyelos sobre la fuente.
Paso 4:
Cuando el agua del cazo alcance el punto de ebullición, viértela en la fuente hasta que cubra la mitad de la altura de los moldes y cuida de que no entre agua en ninguno de ellos. Mete la bandeja con la fuente y los moldes en el horno y cúbrelo todo con papel de aluminio.
Paso 5:
Cuece durante 20 minutos y luego retira el papel de aluminio y deja cocer 15 minutos más. Tiene que presentar un aspecto cuajado y el centro ha de bambolearse ligeramente pero no demasiado.
Paso 6:
Saca los moldes de la fuente con el baño maría y deja que se templen a temperatura ambiente antes de meterlos en la nevera para que se enfríen por completo.
Paso 7:
Prepara una bandeja forrada de papel sulfurado. Pon a fuego suave un cazo o sartén de fondo grueso, limpio y del color más claro posible y echa el azúcar y un poco de agua (la suficiente para mojar todo el azúcar pero sin cubrirlo). Espera a que todo se caramelice moviendo el recipiente lentamente y sin remover. En cuanto adquiera una textura uniforme y un color rubio, retira el cazo del fuego. Impregna un cucharón de aceite de oliva suave o girasol y utilízalo para coger dosis de caramelo y extenderlas decorativamente sobre la bandeja. Trabaja rápido para que el caramelo no se endurezca. En cuanto se seque, tendrás tus decoraciones sólidas de azúcar caramelizado.
Presentación:
Sirve tu flan de vainilla con azúcar caramelizada en flaneras individuales, cada una de ellas decorada con una lámina de azúcar caramelizado de un hermoso color dorado.
Sugerencia:
El azúcar blanco de DIA te servirá tanto para endulzar tu flan de vainilla con azúcar caramelizada como para conseguir una textura compacta y crujiente en el adorno.
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