La coliflor es uno de esos alimentos que conviene tener siempre en la nevera como reserva: cuando no sepas qué cocinar podrás echar mano de ella porque es muy ingrediente muy ‘polifacético’: al vapor, asada, frita, hervida o gratinada; como acompañamiento, en una menestra, con una buena salsa…. ¿Quieres más opciones? Pues prueba la que te proponemos: una ensalada templada con un toque de remolacha.
Paso 1:
Prepara un cazo con abundante agua y sal (llénalo casi hasta arriba pero ojo con que no rebose) y pon a cocer la coliflor limpia durante unos 15 o 20 minutos a fuego no muy fuerte hasta que quede tierna. Para comprobar si está o no en su punto, puedes ir pinchando con un tenedor o cuchillo fino de vez en cuando. Cuando esté lista, elimina el agua con un colador y córtala en ‘arbolitos’, es decir, ayúdate de su forma y ve despiezándola en trocitos del tamaño de una nuez grande más o menos. Es más fácil con las manos pero ¡cuidado con quemarte!.
Paso 2:
Para ganar tiempo, puedes aprovechar la cocción de la coliflor para pelar y cortar los ajos en finas láminas. Cuando los hayas cortado ponlos en una sartén con la mitad del aceite. Debe estar muy caliente y cocinarlos a fuego medio hasta que queden doraditos. Cuando los tengas, sácalos del fuego y deja el aceite que te ha quedado porque lo vamos a usar. De hecho, debes incorporar con cuidado la otra mitad del aceite y el vinagre y ponerlo a cocer. Cuando esté hirviendo mantenlo a fuego unos minutos y retira definitivamente del calor.
Paso 3:
Pon la coliflor que has cocido en un bol y echa el aceite y el vinagre que has retirado del fuego. Con ello, la coliflor va a coger mucho más sabor. Por otro lado, coge el otro ingrediente que va a aportar mucho color a nuestro plato: la remolacha cocida. Pela la pieza y córtala en bastoncitos aproximadamente de medio centímetro de grosor.
Presentación:
Como buena ensalada que es, vamos a usar un bol, un fuente o un plato hondo para servirla. Pon varios trozos (según sea una ración individual o para varias personas) y decora con los trocitos de remolacha, el perejil (corta las hojas frescas en trocitos muy pequeños o usa perejil seco si no tienes a mano) y las láminas de ajo. Por último, añade un poquito de sal.
Truco:
Puedes utilizar otras especias a tu gusto (como la pimienta) o combinar, por ejemplo, con rodajes de tomate, un poquito de maíz, con frutos secos o aliñar con alguna vinagreta que te guste.