Una ensalada de caquis para comer en veranito, cuando no te apetece pensar qué comer, ni mucho menos cocinar algo elaborado.
Cortamos el pan en dados pequeños y los freímos en una sartén con un poco de aceite. Los escurrimos en papel absorbente para que suelten todo el aceite que sobra.
Lavamos y cortamos el caqui en rodajas finas. Ponemos una fuente, aquella que vayamos a utilizar para presentar la ensalada. Ponemos la lechuga, lavada y cortada en trozos más y menos grandes, para dar un poco de gracia al plato. Añadimos los gajos de caqui, las nueces picadas y los picatostes caseros.
Para el aliño, además de la sal al gusto, podemos utilizar un poco de vinagre de Módena y aceite de oliva con algunas semillas que nos gusten o, también, podemos hacer una salsa de yogurt con miel, que le va muy bien como acompañamiento.