¿Tienes invitados en casa? Si quieres ser el mejor anfitrión recíbeles con unas tapitas para ir haciendo boca. Esta opción es ligera y deliciosa: el sabor dulce del dátil contrasta con el aroma más fuerte del queso azul y el resultado es ideal. Aunque, si lo prefieres, puedes elegir otro tipo de queso.
Paso 1:
Primero retira el hueso a los dátiles. Para ello, corta cada uno longitudinalmente y con cuidado. Al sacar el hueso intenta que se rompa lo menos posible. Entonces rellena cada dátil con un poquito de queso azul (más o menos del tamaño de una almendra). Aprovecha el hueco que ha dejado el hueso y ciérralos otra vez.
Paso 2:
Coge las lonchas de bacón y envuelve el dátil (cuanto más largas sean mejor porque así podrás cortarlas a la mitad y te servirán para preparar un par de ellos). Busca unos cuantos palillos o pinchos de madera grandes y pinchar el dátil envuelto, atravesándolo: esto nos va a servir para poder cogerlos sin problema, y para que el bacón quede bien sujeto.
Paso 3:
Prepara una sartén bien caliente y dora los dátiles hasta que el bacón quede crujiente. Si lo prefieres puedes freírlo, pero esta opción no será tan ligera.
Presentación:
Puedes mantener el palo o palillo de madera que hemos usado en la sartén. Así podrás cogerlos sin mancharte y sin necesidad de tenedor. Sírvelos en pequeños cuencos o platos individuales y puedes servirlos tanto fríos como recién hechos. ¡Irresistibles!
Sugerencia:
Prueba el bacón marca DIA y tenlo a mano para muchas de tus recetas. ¡Te salvará de más de un imprevisto!