Pela las manzanas y córtalas en cubitos pequeños. Después saltéalas en una sartén con 25 gramos de mantequilla, el zumo de limón, la canela y 2 cucharadas de azúcar moreno. Coloca esta mezcla en el fondo del molde que elijas (uno grande o varios individuales) y reserva. Por otro lado, con las manos, mezla en un bol la harina, el restante azúcar y los 100 gramos de mantequilla bien fría, hasta que quede con una textura similar a la arena. Cubre la manzana con esta preparacion y hornea a 180ºC hasta que el crumble esté dorado. Una vez horneado, deja enfriar un poco y, aun templado, sirve con una bola de helado de vainilla encima.
El contraste de temperatura y la combinación de sabores de manzana, canela y vainilla es espectacular. Un postre sencillo y delicioso, digno de la alta cocina.
Receta enviada por elena.ro