Paso 1:
Deshacemos el queso azul en la leche a fuego lento hasta que quede unificado y no se note ningún trozo de queso. Reservamos.
Paso 2:
Partimos los 10 dátiles en trocitos, no demasiado grandes porque si no al montar la croquetas sobresaldrán y será más difícil dejarlas uniformes. Reservamos.
Paso 3:
Hacemos un roux (mezclar a fuego lento hasta que se deshaga totalmente y quede una crema ligera) con el aceite y la harina.
Paso 4:
Una vez hecho el roux, añadimos los trozos de dátil ya partidos y los sofreímos hasta que se tuesten y suelten un poco de su jugo. Sobre 1 minuto más o menos. Cambian de color.
Vamos añadiendo, a la mezcla del roux con los dátiles, poco a poco la leche hasta que se forme la bechamel. Sin dejar de remover. Habiendo hecho el roux antes, veréis que no sale ni un grumo en ella.
Paso 5:
Ponemos la bechamel obtenida en una fuente grande de porcelana o cristal (cuanto más grande antes se enfriará). La tapamos con film transparente (el film ha de tocar la bechamel para que…..) y la dejamos enfriar unas horas. Cuando la tengamos a temperatura ambiente la metemos al frigorífico.
Lo mejor es dejar la masa toda la noche en la nevera y montar las croquetas al día siguiente.
Paso 6:
Una vez fría, montamos las croquetas pasándolas primero por huevo y luego por pan rallado. Si queremos una corteza más gordita y crujiente, las pasamos dos veces.
Paso 7:
Y ya sólo queda freírlas y si sobran, congelarlas y usarlas en días posteriores.
Receta enviada por Alicia Rivas