Para un desayuno tardío de fin de semana, para una merienda golosa, de postre o, por qué no, de cena. Una receta fácil que además podrás adaptar con el relleno a tus gustos.
Paso 1:
Derrite la mantequilla en el microondas o bien en un cazo al fuego.
Paso 2:
Pon juntos la harina, los huevos, la leche, la mantequilla, el azúcar y la sal y tritúralo todo junto con la batidora de mano hasta obtener una crema homogénea.
Paso 3:
Para hacer las crepes, necesitarás una sartén amplia, plana y, sobre todo, antiadherente. Úntala con un poquito de aceite de girasol con la ayuda de un pincel, y ponla al fuego, a máxima potencia. Cuando esté bien caliente, añade un cazo de masa para crepes y mueve la sartén rápidamente para que la masa se extienda por toda su superficie, dando lugar a una fina capa de crepe.
Cuando empiece a cuajarse dale la vuelta, espera a que se cuaje también por el otro lado. Sácala y reserva. Repite esta operación hasta terminar con toda la masa.
Paso 4:
Cuando hayas terminado las crepes y cuando aún estén calientes, rellénalas con un poco de sirope de chocolate y trocitos de plátano …¡y a disfrutar!
Presentación:
Pinta el fondo de un plato con un poco de sirope de chocolate y dispón las crepes encima. Adorna con unas hojitas de menta.
Consejo:
No te preocupes si la primer crepe te sale mal, muy gruesa o un poco fea. Es normal. En general hay que hacer alguna práctica (y en ocasiones estropear un par de ellas) antes de cogerle el truco a la cantidad necesaria de masa para que el resultado de la crepe sea el óptimo: debe quedar finita. También hay que coger el punto a la temperatura de la sartén… tiene que estar muy caliente para cuajar rápidamente las crepes… pero sin que se quemen.