Si buscas una cena reconfortante que sea sana y digestiva pero que al mismo tiempo satisfaga tanto el estómago como el paladar, esta crema de tomate y garbanzos con tosta de queso fundido puede convertirse en una de tus recetas de cabecera. Nutritiva y completa, la única dificultad que presenta es planificar la cocción de los garbanzos… dificultad que puedes sortear fácilmente sin menoscabo del sabor recurriendo a unos garbanzos cocidos de calidad. ¡Más sencillo imposible!
Paso 1:
La noche anterior, prepara un recipiente amplio con agua abundante y pon a remojo los garbanzos. Lo ideal es que permanezcan así una noche entera.
Paso 2:
Al día siguiente, desecha el agua del remojo y pon a cocer agua nueva en una olla. Cuando esté hirviendo, echa los garbanzos y cuécelos durante aproximadamente dos horas, hasta que estén tiernos. Si empleas una olla exprés, el tiempo se reducirá hasta los 40 minutos aproximadamente. Cuando estén hechos, escúrrelos y resérvalos.
Paso 3:
Pela los ajos y la cebolla y pícalos finamente en brunoise, esto es, en daditos pequeños.
Paso 4:
Retira las hojas de las ramas de apio, quita los hilos del tronco que sean demasiado gruesos y pícalo también.
Paso 5:
Pela los tomates. Si te resulta demasiado complicado hacerlo en crudo, escáldalos en agua hirviendo durante un minuto (practica un corte en forma de cruz en la base previamente) y trasládalos inmediatamente a un bol de agua con hielo. El pellejo saldrá prácticamente solo. Una vez pelados, parte los tomates en cuartos y desecha las semillas.
Paso 6:
Pon aceite a calentar en una cazuela amplia. Cuando haya adquirido temperatura suficiente, añade el ajo.
Paso 7:
Cuando el ajo empiece a ponerse dorado, agrega la cebolla y rehógalo todo hasta que se ponga transparente. Añade entonces el apio.
Paso 8:
Cuando esté todo tierno, agrega los garbanzos cocidos y el tomate, saltea durante tres minutos y vierte el caldo en la olla. Sazona con el comino, el jengibre, el pimentón, la sal y la pimienta y deja cocer durante un cuarto de hora a fuego medio. Comprueba la textura: si es demasiado líquida, agrega un poco de harina y deja cocer 7 minutos más.
Paso 9:
Retira la olla del fuego y tritura la crema hasta obtener una textura fina (añade un poco más de agua y aceite si es necesario). Cuélala a través de un chino si no quieres encontrar ningún tropezón.
Paso 10:
Corta el pan en rebanadas y tuéstalo hasta que adquiera un color dorado intenso y una textura crujiente. Cúbrelo con queso y ponlo un par de minutos debajo de un grill o una salamandra.
Presentación:
Sirve la crema en platos hondos o cuencos y espolvorea perejil por encima para proporcionarle frescor y color. Acompáñala del pan tostado con el queso. ¡Ya tienes tu crema de tomate y garbanzos con tosta de queso fundido!
Sugerencia:
Para darle el contrapunto ideal a tu crema de tomate y garbanzos con tosta de queso fundido, acompaña la suavidad de la crema con un pan sabroso y consistente como el pan rústico de DIA.
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