No hay nada más delicado que una crema de guisantes. Es uno de mis primeros platos preferidos para las comidas, y si hago mucho y sobra, es lo que suelo cenar. La crema es suave y delicada, con un fresco sabor a guisantes.
Lo primero es hacer una roux, es decir sofreír un poco de harina en un poco de aceite o mantequilla, y agregar la leche y el caldo de pollo poco a poco sin dejar de mover para que no se formen grumos.
Hecho esto incorporar la mitad del queso, los clavos, sal y pimienta.
Por otro lado licuar los guisantes o sino triturarlos con una batidora eléctrica, junto con un poco de consomé y agregarlo a la mezcla anterior.
Continuar moviendo hasta que el queso se haya derretido y ya está lista la crema de guisantes.
Lo habitual es servir esta crema de guisantes con pan tostado, con unos crotones, pero prueba a hacerlos con un poco de panceta rehogada junto a unos guisantes tiernos, y ya verás cómo te encantan.
La roux es una mezcla hecha con harina y una grasa, ya sea aceite o mantequilla, que se usa fundamentalmente para ligar salsas.