Me encanta la coca de piñones, me parece una cosa exquisita de las que solo solía comer comparadas en panaderías y siempre quise aprender a hacer. Espero que la receta os sea fácil y os queden riquísimas, seguro que conseguís sorprender a más de una persona.
Empezamos tamizando la harina y añadiendo la sal, el aceite y el agua. Intentamos no echar mucha agua, ya que siempre es preferible añadir si hace falta a pasarnos.
Amasamos bien la mezcla con ayuda de las manos que, al final, es lo más efectivo. Cuando la masa se empieza a desprender de las paredes, le añadimos la levadura con un poco de agua para que se disuelva bien y se integre con el resto de ingredientes.
Ponemos un poco de harina en la encimera sobre la que vayamos a trabajar y ponemos la masa encima para continuar amasando con las manos. Cuando la masa ya sea homogénea le damos forma de bola y la ponemos en un bol tapada con un paño húmedo para dejarla levitando durante 15 minutos.
Pasado este tiempo, comprobamos que la masa haya cogido la textura deseada y que haya empezado a fermentar. Volvemos de nuevo a la mesa de trabajo y seguimos amasando hasta lograr elasticidad. Una vez conseguida nuestra masa, la metemos al bol de nuevo, con el paño húmedo por encima, y la dejamos hasta que crezca el doble.
Una vez lista, formamos láminas finas de masa y dejamos reposar hasta que doblen su volumen. Entonces, les echamos aceite por encima y, a continuación ponemos los piñones y el azúcar.
Las metemos al horno a 250º durante 10 minutos, calentando por arriba y por abajo. Una vez hechas y tostaditas, les echamos un chorrito de anís por encima y listas las cocas de piñones.