Cheesecake frío de limón y fresa

El cheesecake frío de limón y fresa es uno de los postres más cocinados, me atrevería a decir. Se puede cocinar de muchas maneras aunque los ingredientes suelen variar muy poco. Yo os traigo la que hago yo en casa y que me enseñó hacer una hermana de mi abuela. Está riquísima y es muy suave. Es el postre perfecto para acompañar con un café. ¡Está deliciosa!

En primer lugar, en una licuadora, vamos a triturar las galletas junto a la mantequilla hasta que nos quede una pasta.
Extendemos esa pasta en la base de un molde desmoldable e inmediatamente la llevamos a la nevera a que endurezca.
Por otro lado ponemos la leche condensada y la evaporada juntas y las batimos. Echamos a continuación el queso de untar y lo mezclamos bien hasta que sea una sola masa. A continuación echamos el zumo de limón. Mezclamos bien hasta que la mezcla sea homogénea, y lo vertemos encima de la base de galletas. Lo llevamos a la nevera y reservamos.
Después de unas dos horas preparamos la gelatina de fresa según se nos indique en el envase, y lo vertemos encima de la tarta de queso.
Lo dejamos reposando hasta que la gelatina se solidifique, por eso os recomiendo que lo mejor es hacerlo de un día para otro.

¡Buen provecho y a disfrutar!