Este carpaccio de piña en salsa picante se puede servir de muchas formas decorado pero lo esencial es importante que esté en su punto justo.
Se pela bien la piña y se corta el rodajas muy finas. Para esto hay que poner mucho cuidado. Si tienes un corta-fiambres, éste te facilitará mucho la tarea.
Tenemos que poner el azúcar en un cazo con 100 ml de agua, y colocarlo en el fuego. Cuando el azúcar esté completamente disuelto en el agua se echan las guindillas, a las cuales se les quita primero las semillas, y se deja hervir todo junto hasta que se forme un sirope. Una vez listo, se echa en un bol, y se deja enfriar. A este bol se echa también la piel rallada y el zumo de la lima, y se mezcla. Antes de usarla esta salsa se cuela para que a la mesa no llegue ningún trozo de guindilla o de piel de lima.
A la hora de servir el carpaccio, se colocan las láminas de piña en un plato y se riegan con la salsa picante, ya bien fresquita. Se espolvorea por la superficie con almendras laminadas, y si se quiere se puede poner otros elementos que le den color, como unas guindas confitadas.