Brioche sin amasado

Allá voy con una de las recetas que más me gusta a la hora de hacerlas. El brioche sin amasado tiene la ventaja de que se puede combinar de muchas formas, con muchos ingredientes, frío o caliente, y para cualquier comida del día. Así que vamos, no te lo pierdas.
Ponemos los huevos en un bol y los batimos bien. Le Añadimos al bol la mantequilla derretida, la miel, el agua y la sal. Tamizamos la harina mezclada con la levadura y removemos bien todo para que se mezcle. Lo removemos simplemente duante 1 minuto con una espátula de plástico y tapamos el bol con papel transparente. Lo dejamos a temperatura ambiente durante 2 horas para que levite.
Pasadas las dos horas, pasamos la masa a la mesa de trabaja enharinada para que no se pegue y le damos unas cuantas vueltas durante 1 minuto. La llevamos de vuelta al bol y la volvemos a tapar con papel transparente. Esta vez la dejamos en la nevera hasta el día siguiente (12 horas mínimo).
Al día siguiente, destapamos el bol y dividimos la masa en diferentes proporciones dándoles la forma que queramos. Preparamos un molde untado con mantequilla o con papel para hornear, y colocamos las masas de brioche. Las dejamos fermentar hasta que doblen el volumen y ponemos el horno a calentar a 180º. Metemos la bandeja con las masitas y, a los 10 minutos, bajamos la temperatura a 160º. Los dejamos unos 15 minutos más y listos.