Bizcocho de yogur para diabéticos

Mi madre con la edad presento síntomas de diabetes, y la toco empezar a cuidarse. El problema es que siempre ha sido una golosa empedernida, de las que tienen que comer dulces todos los días, asique el diagnóstico resulto para ella un mazazo. Ya la dijimos todos que eso no era un problema, que podía seguir comiendo dulces, pero sin azúcar, como este bizcocho de yogur para diabéticos, que además de estar estupendo es bastante facilito de hacer. Maravilloso para todo el mundo, pueda o no comer azúcar.

En primer lugar ponemos en el vaso de la batidora los huevos y los montamos. También puedes hacerlo manualmente con unas varillas.
Añadimos a continuación la estevia junto con el yogur el aceite y la ralladura de naranja y de limón. En el caso de que queramos añadir algún otro aroma, como un poco de canela o esencia de vainilla, éste sería el momento.
Por otro lado nos ponemos a tamizar los ingredientes secos juntos, es decir la harina, la maicena y la levadura.
Incorporaremos los ingredientes secos poco a poco a la mezcla anterior y lo iremos dando vueltas hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Lo vertemos en un molde con papel vegetal cubriendo el fondo, sin enmantecar los costados.
Horneamos aproximadamente durante 40 minutos, a una temperatura de 180º. Tras ese tiempo lo sacamos del horno, dejamos descansar por 10 minutos, pasamos un cuchillo para despegar los bordes y desmoldamos sobre una rejilla. Despegamos el papel manteca del fondo para que airee mejor.

Trucos y consejos:
Si quieres comprobar que el bizcocho está hecho, puedes pincharlo con un palillo o con un cuchillo en el centro del mismo, y si cuando lo saques está seco y limpio, es que el bizcocho ya está listo.
Antes de meter el bizcocho en el horno, este tiene que haber sido previamente calentado, por lo que cuando vayas a hacer la masa para el bizcocho, enciendes el horno a una temperatura de 180º.
En el caso de que no se tenga papel vegetal para forrar el molde, lo que se puede hacer es untarlo con un poco de mantequilla u otra grasa, como aceite, y después espolvorearlo con un poco de harina, sacudiéndolo a continuación para quitar el exceso de la misma. Con esto se consigue lo mismo que con el papel, que es que no se nos pegue el bizcocho al molde.