Albóndigas caseras rebozadas y fritas

Las albóndigas caseras rebozadas y fritas de mi madre, son las albóndigas más ricas que he probado en toda mi vida. Ahora que vivo sola y lejos de casa, he pedido a mi madre que me de la receta porque no puedo mucho tiempo sin probarlas y ahora que tengo la receta, la quiero compartir con todos vosotros porque esta maravilla de comida no puede estás oculta, ja ja ja. Espero que las hagáis y os estén tan buenas como me lo están a mí.
Lo primero que haremos será salpimentar la carne picada. También tenemos que añadirle el perejil picado y la miga de pan remojada en leche y escurrida. A continuación tenemos que mezclar los ingredientes y reservaremos.
Aparte, vamos a rehogar en aceite de oliva virgen extra la cebolla y los ajos picados finamente. A continuación los vamos a agregar a la preparación anterior y mezclaremos muy bien.
Ahora nos vamos a disponer a armar las albóndigas redonditas del tamaño de una pelotita de ping pong aproximadamente. A mí me gustan chiquititas pero si a vosotros os gustan más grandes, podéis hacerlas del tamaño que queráis.
Seguidamente vamos a pasar las albóndigas por harina, por huevo batido y por pan rallado.
Freiremos las albóndigas en aceite caliente hasta que se doren.
Retiraremos las albóndigas del aceite y las vamos a colocar en una bandeja con papel absorbente para que suelten el aceite sobrante.
Por último, vamos a servir nuestras albóndigas caseras rebozadas y fritas acompañadas de patatas fritas o de ensaladas variadas.
Este plato queda riquísimo y gustará a todos.
¡Buen provecho!

CONSEJOS:
-El sofrito de cebolla y ajos le da un sabor excepcional.