Albondigas austriacas

Un plato que me encanta y que comía desde que era niña eran las albóndigas austriacas de mí abuela. No he comido albóndigas más ricas que esas y es que, imagino que como todas nuestras abuelas, mi abuela era una gran cocinera y además austriaca, de ahí el nombre del plato. Cada vez que como este plato, me hace regresar a mi niñez y eso es algo que me encanta. Os voy a contar como elaborarlas para que vosotros los hagáis también en casa. Espero que os gusten tanto como a mí.

En primer lugar hay que cortar las lonchas de beicon en cuadritos y freír a fuego moderado durante 5 minutos, removiendo bastante. Una vez hechos los cuadritos, trasladar a papel de cocina para quitar el exceso de grasa y reservar.
Quitar la corteza a las rodajas de pan y cortarlas en cuadritos. Freírlos en la misma sartén en la grasa que ha soltado el beicon, durante 5 minutos, removiendo para que no se peguen o quemen.
Lo siguiente será poner en un bol los cuadritos de pan con la nata y remover hasta que el pan absorbe toda la nata. Incorporar a esta mezcla el beicon, la harina, la levadura, las hierbas y semillas, la pimienta, sal y el huevo batido. Mezclar todos los ingredientes, primero con una cuchara y luego con las manos. Luego hacer bolitas en forma de albóndigas. Si resulta demasiado líquida, añade un poco más de harina. Si al contrario la mezcla parece demasiado densa, un poco de leche.
Llenar una olla profunda con agua un poco salada y una hoja de laurel. Calentar. Cuando está hirviendo el agua, meter las albóndigas una por una y dejar cocer en agua hirviendo durante unos 10 minutos.

CONSEJOS:
Se pueden hacer sin el beicon, solo que a mí me gustan más con él.