Si eres de los que solo hacen pasta con tomate o a la carbonara, deberás saber que el mundo de la pasta es…literalmente infinito. Pasta con verdura, con carnes, pescados… e incluso existe la pasta de cacao que combina con lo dulce. Todo un mundo a explorar. Y si no lo has hecho ya, empieza con esta sencilla y sana receta.
Paso 1:
Pon una cacerola grande con abundante agua y una pizca de sal. Cocina la pasta el tiempo que indica el fabricante. Cuando esté lista, usa un colador grande para retirar el agua y refréscala con un poco de agua fría. Así cortaremos la cocción y no se pasará.
Paso 2:
Mientras la cueces, ¡a por la salsa! Pela y pica el ajo y la cebolla córtalas en tiritas. Ponlo todo a rehogar en una olla amplia con un chorrito de aceite y una pizca de sal durante unos 5 minutos a fuego muy fuerte. Incorpora las setas y rehoga unos minutos más.
Paso 3:
Sube el fuego y añade el vino blanco enseguida. Deja que se evapore casi todo y añade entonces el caldo de ave o pollo. Deja cocer al menos 5 minutos a fuego medio y echa la nata. Ahora deja cocer hasta que se reduzca, es decir, hasta que veas que líquido se ha evaporado a la mitad. Ve removiendo de vez en cuando. Y finalmente, dale el toque de queso rallado.
Paso 4:
Comprueba cómo va la salsa de sabor y el punto de sal. Cuando esté perfecto, añade la pasta bien escurrida y apaga el fuego. Ve mezclando bien para que se integra todo. Pica un poco de albahaca o perejil fresco y échalo también. Remueve bien antes de terminar.
Presentación:
Sírvelo mientras esté bien caliente. Puedes ponerlo en pequeños cacitos individuales o llevar un cazo bonito y grandes a la mesa, para que sean tus invitados quienes elijan la cantidad que quieren tomar. En muchos restaurantes italianos, habrás visto que el queso parmesano y la pimienta no faltan en la mesa, tú puedes hacer lo mismo por si alguno de los comensales le apetece.
Sugerencia:
La marca DIA te ofrece una gran selección de quesos de todo tipo, ¡pruébalos! E incorpóralos a tus mejores platos.
La pasta, una ciencia:
No es sencillo conseguir que la pasta quede en su punto. Los italianos suelen mirarlo con lupa, ya que la mayoría de ellos solo conciben la pasta “al dente”. La que se pasa demasiado, les parece incomestible. En la cocción, se recomienda usar un litro de agua y 10 gramos de sal por cada 100 gramos de pasta y comprobarla durante la cocción al menos 2 veces.
Curiosidades:
En Génova se encontró la prueba documental más antigua del uso de la pasta seca, nada menos que en 1316. Y Maria Borgogno es considerada la primera fabricante de pasta de la historia.
